
El pasado domingo 16 de Agosto del 2015, pude presenciar uno de los fenómenos más hermosos de la naturaleza. Siendo las 4:00 A.M. comenzamos nuestra ascensión a una de las montañas más significativas de México llamada «Xinantecatl» mejor conocida como «El Nevado de Toluca». La vista de las luces de la ciudad era increíble, y qué decir de las estrellas, a pesar de que algunas nubes nos impidieran ver lo maravillosas y místicas que son las constelaciones en su esplendor, pudimos contemplar durante unos momentos algunas de ellas; el clima frío, un poco de aguanieve y con un viento, que según un amigo te congelaba «TODO» (literalmente jaja). Después de caminar durante 2:20 hrs. (6:20 am) llegamos a nuestra cima un poco más
arriba de los 4 000 metros de altitud, nos sentamos tan cerca como fuera posible unos de los otros compartiendo las mantas térmicas para conservar el calor y no tener tanto frío y esperamos.
Entre risas, pláticas, abrazos y una que otra queja del clima, a las 7:10 am… amaneció. Nunca había visto algo tan naturalmente perfecto, todos y todo lo que acontecía hicieron de ese momento UN RECUERDO INOLVIDABLE. El hecho de ver como se va pintando el cielo de la gama de colores que componen la luz mientras el sol se «levanta», te produce una sensación tan indescriptible… que comienzas a voltear hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia arriba y hacia atrás y nada es igual, tus sentidos se intensifican, observas como todo a tu alrededor se va iluminando, el poco calor de los primeros rayos solares sobre tu piel, el «humo» que expide tu respiración, el aroma de la vegetación se vuelve más fuerte, el sonido del cantar de los pájaros se comienza a escuchar….. está despertando el planeta.
